El siglo XIX en todo su esplendor. Verde que te quiero verde...
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Empezando por el final. |
El tándem de artesanos Cots-Darder, ofrecieron dos versiones de una misma locomotora, la de Renfe con su
cabina cerrada y su color… negro de siempre y para los amantes del material más
antiguo, otra con el aspecto más primitivo y encantador de las locomotoras sin
cabina. Además la dotaron de un cuidado esquema de pintura a semejanza de la conservada en
Barcelona.
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Estado de origen de la máquina |
El
tono de verde (o el propio color verde) no se puede saber si era el que
llevaban en origen. Fue el esquema decidido con motivo de su restauración para
ser expuesta en el XIX congreso del Morop celebrado en nuestro país en 1972.
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La misma máquina en su librea y aspecto, más habitual. |
Es
difícil que alguno de los que la conocieron en origen formase parte del equipo
destinado a ese trabajo, pero puede que sí llevase un esquema parecido para
hacer las fotografías de fábrica. Mostraban al cliente el aspecto definitivo
de su encargo. Después de ese breve momento de color… el negro.
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Otra vista del estado de origen |
Referente
a la reproducción que ocupa este artículo, he de reconocer que yo le habría
aplicado un color verde más oscuro pero la elección de J.S. era bien clara: -el color me lo mantienes-.
El
modelo llegó a la mesa del taller para los trabajos habituales en la colección
de este modelista: pasar a tres carriles, poner la locomotora en orden de
marcha -tras años parada en algún cajón oscuro o vitrina-, añadir luces
y dotarla de sonido. Hasta aquí todo normal pero… al estudiar las fotografías antes de las tareas previas y compartirlas con el coleccionista, el exceso de
altura de la caldera con respecto al bastidor, resultó un escollo estético de
esos que llevan el ojo siempre al mismo sitio por armonioso que pueda parecer
el conjunto.
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El primer paso antes de cualquier modificación... desde aquí solo se puede ir hacia adelante. |
El
resultado estético -el funcional lo disfrutará su dueño- está a la vista de
todos en estas imágenes. Habrá quienes se llevarán las manos a la cabeza -¡pero
como se puede hacer eso en una pieza como esta!- y para otros será un cambio
razonable.
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La caldera en su nueva posición. |
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El puesto de conducción, siempre tentador aún 87 veces más pequeño. |
Un reto, ¿cúal no? interesante. La máquina de Cots-Darder era/es una base
excelente.
Para todos los coleccionistas, seguidores, aficionados y visitantes ocasionales,
Con mis mejores deseos.
Referencias externas:
La sede del XIX congreso del MOROP de 1972, se celebro en lo que hoy es la sede del museo del ferrocarril de Cataluña. Para saber más:
Cots-Darder ya han aparecido antes en el blogg, con esta máquina, en versión negra con cabina, de MZA: