lunes, 12 de octubre de 2015

Locomotora piloto Sharp del LBA

La primera transformación.

Un aficionado de Granada, inquieto como todos a la hora de buscar modelos españoles (o que pudieran serlo), me pidió hace unos años conseguir, partiendo de la Triano 4, la locomotora piloto Sharp que circuló durante la construcción del L.B.A. en Almería. 



Entonces las cosas se arreglaban por correo de "superficie" y teléfono. Después de varias conversaciones sobre que modificar, colores y revisión de la escasa documentación de que disponíamos, un par de fotos del libro "Trenes, cables y minas de Almería" donde solo se intuían las formas, le dibujé dos variantes de color: azul y verde.



A la vista del resultado, escogió el verde por parecer más adecuado a lo que debió circular por su zona. El modelo quedó como se muestra en las imágenes.




A manos del peticionario solo llegó una de las dos locomotoras que aparecen. La otra, pertenece a otro aficionado que se encaprichó de ella a la vista del resultado.

La correspondiente a la solicitud original deberá estar rodando en una, seguro, excelente maqueta en el municipio granadino de Gojar.


Durante la redacción de este artículo he conocido la existencia de un libro, recopilación de las fotografías realizadas por el ingeniero británico Gustavo Gillman. Dos de ellas invalidan, en parte, el trabajo realizado sobre esta locomotora. No llevaba cilindros exteriores, los areneros son bien visibles y el farol delantero era más pequeño, cuadrado y situado de forma diferente.



Este debería haber sido el aspecto más acorde con la realidad.
Si el modelo regresa al taller para efectuar la corrección, su imagen completará este artículo.

Referencias externas:

"TRENES, CABLES Y MINAS DE ALMERÍA" de José Antonío Gómez Martínez y José Vicente Coves Navarro, Libro imprescindible para conocer un poco más y prendarse de los trenes del sur.

"ALMERÍA INSÓLITA. EL LEGADO FOTOGRÁFICO DE GUSTAVO GILLMAN 1889-1922". Recopilación fotográfica del ingeniero empleado en la construcción del L.B.A. que da nombre al libro y que tuvo el acierto de llevar siempre encima una cámara fotográfica, que a buen seguro ni era pequeña, ni era barata.