Por las vías de Francia a bordo de un pura sangre.
De nuevo otro de estos míticos
modelos, ocupa su tiempo y espacio en la mesa del taller. Esta vez la versión
“surallongé”. Ettore Bugatti concibió su vehículo en forma modular de modo que permitía ofertar a las distintas compañías
francesas la versión que más se adaptase a sus necesidades de tráfico y
servicio.
El modelo, objeto de esta
actualización, corresponde a los fabricados
por un artesano (SMF Sonder Modelle Fabrik) que no conocía. La reproducción,
pintada con una calidad admirable –eso si se lo he de reconocer- y unos colores
tan bien aplicados como alejados de la realidad, tiene los elementos justos
para darle una buena calidad de base. Nada más verlo se echan en falta muchos
detalles del exterior y unos asientos interiores que le quiten el aspecto de
cascarón vacío de contenido. Los cristales de un color… oscuro y raro, daban la
impresión de estar puestos para que no se note el vacío interior.
El original "pedía a gritos" unos asientos. |
Por contra lo que me ha
sorprendido, y mucho, es la motorización. La solución es tan simple como
eficaz. De los ocho ejes tan solo uno es motor confiando la tracción al peso,
los aros de adherencia y una cascada de engranajes estudiada para sacar el máximo
partido a la capacidad de un minúsculo motor Mashima 9/19. El rodaje es muy
suave y preciso aún a velocidades lentas.
Tantos ejes y.... solo uno puede con todo. Chapeau. |
Este Bugatti, ahora con luces,
interior y sonido, está listo para realizar trayectos elegantes y veloces
emulando a su hermano… 87 veces más grande.
Ahora bien, el original…
Tenía menos detalles
que el salpicadero de un Seat Panda… de los antiguos.
Imagen de la web MADMEMART Vintage and art Colección |